La tercera temporada de Ginny & Georgia llegó a Netflix con su habitual carga de drama, giros argumentales y complicadas dinámicas familiares. Pero aunque siguió ofreciendo a los fans «carretillas» de tensión emocional, misterio y un profundo desarrollo de los personajes, también dejó al descubierto una de las verdades más duras -y frustrantes- de la serie, y es que Georgia Miller no es necesariamente una buena persona. Pero, a pesar de ello, es imposible no quererla.
La temporada parte del explosivo cliffhanger de la segunda, en el que Georgia fue juzgada por el asesinato del marido de Cynthia. El clima se vuelve tenso de inmediato, llueven las acusaciones sobre ella y su imagen pública queda destruida. Es entonces cuando afloran los verdaderos colores de muchos personajes, y lo sorprendente es que los que tienen razón no siempre consiguen ganarse el corazón del público.
De hecho, algunos de los personajes más queridos de las últimas temporadas acaban mostrando actitudes cuanto menos cuestionables. Nick casi parece disfrutar con el desmoronamiento de Georgia, mientras que Norah -otrora una amiga leal- adopta una actitud crítica y distante, especialmente hacia Ginny. Incluso Paul y Zion, dos figuras clave en la vida de la protagonista, resultan decepcionantes: Paul abandona a Georgia después de haber prometido estar a su lado, mientras que Zion toma decisiones que, aunque impulsadas por el deseo de proteger a Ginny, acaban haciendo más mal que bien, especialmente a Austin.
Aunque lógicamente comprensible, tal comportamiento es emocionalmente difícil de aceptar. No porque no estén justificados, sino porque la serie nos llevó deliberadamente a empatizar con Georgia, incluso cuando sus acciones eran moralmente ambiguas, cuando no claramente erróneas.
Y este es precisamente el punto fuerte y a la vez la crítica más mordaz de Ginny & Georgia. La serie nos pone en la misma posición que la gente que rodea a Georgia: ella manipula con su encanto, sabemos que miente, sabemos que ha hecho cosas terribles, pero aun así queremos verla ganar y proteger a sus hijos, recuperar su vida y superar todos los obstáculos. Incluso cuando sabemos que, tal vez, no se lo merezca.
La serie pone en escena una escritura a la vez inteligente e inquietante, que nos obliga a cuestionar nuestros criterios de empatía. Porque Georgia no es una víctima, sino un personaje complejo, lleno de capas, a menudo egoísta y manipulador. Pero también es una madre, una superviviente y -en cierto modo- una luchadora. Todos estos factores han causado un gran revuelo en la comunidad de fans de Reddit, que parecen divididos en varias líneas de pensamiento sobre la controvertida protagonista de la serie.
De hecho, alguien afirmó que «Georgia es una persona malvada que merece más odio que Ginny», señalando también que antepone sus propias necesidades a las de sus hijos. En la misma línea, otros comentarios como: ‘No entiendo por qué la gente sigue defendiéndola. El trauma no justifica todas sus acciones. Ella es adulta. […] Es sólo un programa, pero oír a la gente llamar a esto normal es una locura».
Otros fans, sin embargo, enmarcan el personaje de Georgia entre los puntos fuertes de la serie: «A pesar de todos sus rasgos negativos, disfruto viéndola, hasta el punto de que empiezas a animarla a pesar de sus defectos. Probablemente por eso tanta gente intenta justificar su comportamiento«, mientras que otro añade: »Eso es lo que me gusta de la serie. Todos los personajes son complejos y tienen capas, y te obligan a cuestionarte constantemente».
Si Georgia representa la figura ambigua por excelencia, Ginny siempre ha sido el espejo en el que reflejarse con mayor claridad, al menos hasta esta temporada. Los acontecimientos de los últimos episodios también muestran a una Ginny que empieza a interiorizar (y quizá replicar) algunos de los comportamientos de su madre, especialmente en relación a su hermano pequeño Austin. Es un pasaje clave que pone de manifiesto una de las verdades más amargas de la serie: la influencia de Georgia en sus hijos es profunda, y no siempre positiva.
En definitiva, la tercera temporada de Ginny & Georgia es quizá la más madura e inquietante. Los personajes más «correctos» se vuelven insoportables, mientras que los protagonistas más “tóxicos” se confirman como irresistibles, mostrando una vez más cómo nuestras simpatías no van tanto por los que tienen razón, sino más hacia los que nos hacen «sentir» algo. En definitiva, Ginny & Georgia nos obliga de alguna manera a enfrentarnos a la realidad y a afrontar el lado incómodo de las relaciones humanas.
También te puede interesar:
- Final explicado de ‘Ginny y Georgia’: La libertad de Georgia y el cliffhanger del embarazo
- Vigalondo trae de vuelta el ‘Tamarismo’ en ‘Superestar’: Netflix revela el teaser y fecha de la serie sobre el universo de la cantante Yurena
- Por qué tienes que ver ‘Dept. Q’: Todo sobre la serie del creador de ‘Gambito de dama’ que ya es un fenómeno en Netflix
© REPRODUCCIÓN RESERVADA