Crítica ‘The Ritual’: Enésima película de posesiones y exorcismos

Crítica ‘The Ritual’: Enésima película de posesiones y exorcismos

Crítica de 'The Ritual', película basada en un famoso caso de exorcismo y que co-protagonizan Al Pacino y Dan Stevens.

Raro es el año en el que no pasa por cartelera una película de posesiones demoníacas. El resultado es, la mayoría de las veces, tan parecido que aburre: entre muy mediocre y directamente pésimo. Hay, claro está, ciertas excepciones; películas que, aun enmarcadas en un subgénero tan manido, esquivan la difícil tentación (parece que lo sea) de mirarse en el espejo de El exorcista (1973) e intentan subvertir de alguna forma nuestras expectativas. Un puñado de títulos recientes lo atestiguan: sirvan de ejemplo El último late nightCuando acecha la maldad, ambos estrenados el pasado año. Películas, en todo caso, de indudable personalidad y de género puro; films, en fin, que no juegan la carta del “Basado en hechos reales” ni centran su trama en el intento de un sacerdote en crisis de fé de salvar a una joven endemoniada. Y es que en las películas de este corte, más allá de excepciones muy pero que muy puntuales (merecen salvarse de la quema, por ejemplo, los dos Expediente Warren de James Wan o aquella entretenida película judicial de Scott Derrickson que fue El exorcismo de Emily Rose), las formas y los fondos son siempre los mismos. The Ritual es un nuevo añadido a esta interminable lista de mediocres películas de exorcismos sustentadas en el susto fácil y los sonidos estridentes y vaciadas de toda originalidad narrativa e inventiva formal. La mareante puesta en imágenes (esa cámara en mano y esos saltos de eje que buscan “desestabilizar”, sin éxito, al espectador) y el uso y abuso de una serie de recursos mil y un veces vistos (crucifijos por aquí, biblias por allá, cuerpos manejados por el Diablo que se retuercen, crujen y saltan de pared en pared) no ayudan a hacer más llevadero el visionado de una película que únicamente logra despertar un interrogante en nuestras cabezas: ¿qué demonios hace Al Pacino metido en este berenjenal?

© REPRODUCCIÓN RESERVADA