En la rueda de prensa de una de las películas más aclamadas de la competición, Sentimental Value, el director noruego defiende la vulnerabilidad como acto político y habla del profundo vínculo con su reparto. Elle Fanning encanta con su camiseta: “Joachim Trier Summer”.
“La ternura es el nuevo punk”. Con esta potente frase inauguró Joachim Trier la rueda de prensa de Sentimental Value, su nueva película a competición en el Festival de Cannes 2025, que ya había sido recibida la noche anterior con una ovación de pie de 15 minutos. Una bienvenida triunfal que proyectó inmediatamente el título entre los más populares para la Palma de Oro.
Trier, visiblemente emocionado, explicó cómo esta obra supone un punto de inflexión en su poética. “Mi coguionista Eskil Vogt y yo venimos de un entorno punk, estábamos en contra de la idea de hacer canciones lacrimógenas. Pero con el tiempo nos dimos cuenta de que el mundo es un lugar duro y que mostrar personajes vulnerables es un acto de valentía, no de debilidad”.
La película, descrita en la sinopsis oficial como “una exploración de la familia, la memoria y el poder del arte”, gira en torno a Nora, una actriz establecida en Oslo (Renate Reinsve), y su relación no resuelta con su padre cineasta Gustav Borg (Stellan Skarsgård). Cuando él le pide que protagonice su próximo proyecto autobiográfico, Nora se niega. Le ofrece entonces el papel Rachel Kemp, una joven estrella estadounidense interpretada por Elle Fanning.
En la conferencia de prensa, Fanning sorprendió a todos al aparecer con una camiseta que decía “Joachim Trier Summer”, un homenaje irónico a una idea de Charli XCX en Coachella. “Trabajo tanto que ya ni siquiera sé qué significa un verano de Joachim Trier… pero me gustaría vivirlo”, bromeó el director sonriendo.

Sentimental Value
La actriz estadounidense relató con entusiasmo su experiencia en el set. “Estaba en mi lista de deseos trabajar con él. Cuando leí el guion lo devoré. Tenía tantos matices, era tan emotivo. No es frecuente encontrar guiones tan profundos”, dijo. Y añadió: “Trabajar con Joachim es como si te observaran de verdad. Te hace descubrir facetas de ti mismo que desconocías”.
Incluso a nivel personal, Fanning reconoció que este papel marcó un punto de inflexión importante en su carrera. “A medida que fui creciendo, aprendí a decir no, a reconocer lo que no es para mí. Crecí con autonomía y con la capacidad de hablar abiertamente en el set”, explicó.
Junto a ella, dos presencias ya inseparables en el cine de Trier: Renate Reinsve y Anders Danielsen Lie, que compartieron con el director películas como La peor persona del mundo (por la que Reinsve ganó la Palma a mejor actriz) y Oslo, 31 de agosto. “Mi trabajo no es dar órdenes a los actores, sino crear un entorno en el que puedan explorar. Con Renate y Anders tenemos una relación tan profunda que durante el rodaje no puedo decir nada: sabía que encontrarían la verdad en la escena”, dijo Trier.
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